Viticultura
del Sil
Reserva de la “vinosfera”.
Promesa y pasión.
Promover y salvaguardar nuestra historia, tradición y vid autóctona. Esa es nuestra promesa. Cultivamos auténticas «islas de la biodiversidad vitícola» a 45º de inclinación. Muchos dejan de trabajar estas tierras debido a los altos costes de producción. Nosotros no podemos. Es nuestra pasión.
Viticultura
Sacra
Veinte siglos de conocimiento.
Cuestión de fe.
Hoy Regina Viarum es mucho más que un vino, es símbolo del orgullo de las cosas bien hechas, del valor de saber esperar la excelencia. Es el resultado de la sabiduría heredada de los plebeyos romanos, de los monjes y de todos aquellos que creyeron y creemos en ella.
S.I. RIBEIRA SACRA, EL VINO QUE DEGUSTABAN LOS EMPERADORES ROMANOS
La tradición vinícola de la zona, considerada el epicentro de la producción de vino en la Ribeira Sacra, se remonta incluso a antes de la dominación romana. La tradición cuenta que sus vinos eran enviados a Roma para ser degustados por los emperadores y sus altos dignatarios.
Las ánforas de vino se transportaban en carros hasta un puerto de mar donde se cargaban en barcos.
S.XV. LOS MONASTERIOS, GRANDES PRODUCTORES DE VINO
El vino tuvo y tiene un papel fundamental en la liturgia cristiana. Esto llevó a los clérigos a contar con viñas de manera permanente. Según los historiadores, se plantaban viñedos al mismo tiempo que se construían las catedrales y los monasterios. La totalidad de las plantaciones de viñedos en el medievo pertenecían a las órdenes religiosas.
Viticultura
de Montaña
Espectáculo de riesgo.
Respeto por el entorno.
El desarrollo de la maquinaria poco ha aportado, ya que las vertiginosas pendientes impiden la mecanización de las tareas en el viñedo, con la excepción de unos rieles que se colocan puntualmente para transportar las uvas. Quienes trabajan estas tierras entienden perfectamente el significado de palabras como sacrificio, adversidad y trabajo duro. Si tuviésemos que resumir lo que sentimos por este entorno sería respeto.